lunes, 11 de agosto de 2008

La rica escudella de la función pública catalana o El funcionario mejor pagado de España, octubre 22, 2005

La escudella catalana es un plato típico de esta comunidad, Cataluña, compuesto por múltiples y variados componentes. Un rico y cumplido plato de profunda tradición catalana. La abundancia y variedad de los ingredientes de este archiconocido plato típico de Cataluña los he relacionado con la  noticia leída en un ejemplar antiguo del semanario Epóca, el nº 1051 del 6 al 12 mayo 2005, en cuya sección Cartas , pág.4, leo la firmada por María Marco que dice :
" El funcionario mejor pagado de España es Pascual Maragall. Como presidente del Gobierno autonómico catalán cobra al año más de 25 millones de ptas.(152.693 euros)...los consejeros de ERC se han adjudicado un sueldo de 20 millones de pesetas(115.095 euros)...."
Confío en que haya algún equívoco pero si fuera del todo cierto, estaríamos ante una muestra clara del tipo de las democracias descritas por Pirandello en su obra" El Difunto Matías Pascal" como "el gobierno de muchos que sólo piensan en contentarse a sí mismos"; porque ¿ en qué criterios o razones se han apoyado para tan exhorbitada atribución de retribuciones? También espero que- por lo menos- sólo las percibirán mientras estén en los cargos. No sé cómo llamarlo, ¿discriminación, injusticia , abuso ,oportunismo, escandalosa desfachatez....?

___________
Diciembre 2010: Hace tiempo confirmé que el presidente de la Generalitat de Cataluña es si no el mejor pagado, si está  entre los primeros del ranking.
Al presente también sé que los parlamentarios(centrales y autonómicos) gozan de  privilegiados emolumentos mientras están en los cargos y luego unas estupendas pensiones vitalicias. El último buen ejemplo nos lo dió Benach, no sé si aún president del Parlament, que su renuncia al cargo le asegura la percepción de unos cien mil euros anuales durante cuatro años y posteriormente una pensión vitalicia. ¡Qué idealistas todos!
Reproduzco(corto y pego)algunos de los párrafos leídos en lavanguardia.es, del 13.12.2010, bajo el título:"Tras dejar sus presidencias, Montilla y Benach cobrarán cuatro años el 80% del sueldo":"La ley 6/2003(*) regula que el ex president “tiene derecho a percibir, por un periodo equivalente a la mitad del tiempo que ha estado en el cargo, y como mínimo por una legislatura, una asignación mensual equivalente al 80% de la retribución mensual” que recibía en el cargo. Una vez superada la edad de jubilación, los ex presidentes reciben “una asignación mensual igual al 60%”. Montilla, que cobra cerca de 170.000 euros anuales, pasará a cobrar durante varios años el 80% de este sueldo (unos 136.000 euros) y cuando se jubile o cumpla los 65 años el 60%, esto es, unos 102.000 euros de manera vitalicia."
"En el caso de Jordi Pujol, que estuvo 23 años como presidente, y dejó de serlo hace siete, aún percibirá durante cuatro años más la anualidad que corresponde al 80% de lo que cobraba, para luego cobrar la segunda categoría. Pasqual Maragall, con tres años en el Govern, ya ha disfrutado de los cuatro años del primer tramo y a partir de este mes su sueldo se quedará en el 60% del de president. Montilla también podrá tener tres personas a su servicio “con dedicación especial” y considerados personal eventual. Además recibirá una dotación presupuestaria “para gastos de oficina, atenciones de carácter social y gastos para el alquiler de inmuebles”. La lista no acaba ahí: automóvil de representación con chófer, proporcionado por el Departament de Presidència, y “los servicios de seguridad necesarios para el desarrollo de sus funciones”.

(*) Esta ley, curiosamente, está firmada por Jordi Pujol, abril del 2003, antes de finalizar su mandato.







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Este blog es el medio de expresar mis particulares reflexiones e ideas sobre la realidad que me rodea, así como las sugeridas por la lectura de libros y artículos de prensa. No es crítica literaria, no tengo conocimientos para ello. Expongo , tras muchos esfuerzos, lo que mi corazón me dicta. No es mi intención la de ofender ni herir a nadie. Tampoco, pues, me gustaría ser objeto de heridas u ofensas por discrepar con mis particulares opiniones y gustos.