Lo ocurrido en el Parlament catalán , fue, según mi parecer, una parodia. Una comedia chusca que alcanzó su máximo de burla cuando los grupos políticos - todos a una –como Fuenteovejuna- cargaron contra el PPC, la única formación que pidió se confirmase o se desmintiese, con rotundidad, si hubo o no corrupción.
"Debate de la moción de censura 10-03-2005
Maragall pide excusas por el 'incidente' del 3% y Mas retirará la querella.El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, ha pedido hoy formalmente excusas a los ciudadanos por lo que ha calificado de 'incidente parlamentario' en el que dijo que el 'problema de CiU ' es 'el tres por ciento', y se ha hecho responsable de las repercusiones políticas de esas palabras(...)
(...)El presidente del PPC pidió al presidente que dijese en sede parlamentaria qué "quiso decir" al referirse al 3% porque "de lo contrario, la confianza de los ciudadanos será irrecuperable". Advirtió además que si se trata de una acusación que no puede demostrar habrá incurrido en una "frivolidad cósmica" y si acaba por "esconderlo" habrá cometido "un delito". "La dignidad del presidente de la Generalitat está en juego", añadió."(Terra,10.03.2005)
Entiendo, en suma, que la sesión del viernes fue bochornosa y es la evidencia de la existencia en la sociedad civil catalana de una élite, cuyas comunes vinculaciones e intereses – familiares, patrimoniales, etc. –son superiores a todo lo demás. Pero, desgraciadamente, peor es la nula reacción de la ciudadanía catalana. Espectadora pasiva y lela del espectáculo, que, con toda probabilidad, permitirá que el incidente parlamentario quede reducido a discrepancias entre la izquierda y la derecha, o entre catalanistas y españolista. Cuando la realidad subyacente es la existencia de unos pocos que se llenan el saco, aprovechando el puesto público. Y aunque se cayere el cielo por su culpa, no pasaría nada; y si a uno, pobre desgraciado, le cayera un trozo encima, ¡qué se aguante! y se olvide de pedir responsabilidades porque ni organismo ni institución pública, nadie las asumirá, ni nadie las exigirá a los verdaderos culpables. Así las cosas,viendo cómo están todos compinchados, es de prever que lo del nuevo estatuto marche adelante. ¡Qué bien!
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