En el libro "El cardenal" son planteadas algunas cuestiones muy interesantes. Una de éstas es el grave problema social que se plantea cuando la moral del hombre de negocios y la teoría económica del laissez faire pugnan contra el orden natural (o ley de Dios). Así como el papel de la Iglesia y de los gobiernos cuando surge esta problemática.
La obra se refiere, en concreto, a la crítica situación de los EEUU de Norteamérica, en el período entre la PGM y el crac del 29, inicio de la Gran Depresión . Época marcada por la enorme especulación y los negocios fáciles de unos pocos. Lo que redundaba en un constante aumento de los beneficios y riquezas de éstos; frente a la sistemática y creciente degradación de las condiciones de trabajo y vida de las clases trabajadoras. Situación difícil, con unos gobiernos que han contribuido a ello con sus prácticas y sus leyes "impermeables a toda influencia espiritual", en la que el papel de los agentes sociales e instituciones públicas queda prácticamente anulado, bien por inoperante, bien por el empleo de estrategias y/o defensas desfasadas.
La obra se refiere, en concreto, a la crítica situación de los EEUU de Norteamérica, en el período entre la PGM y el crac del 29, inicio de la Gran Depresión . Época marcada por la enorme especulación y los negocios fáciles de unos pocos. Lo que redundaba en un constante aumento de los beneficios y riquezas de éstos; frente a la sistemática y creciente degradación de las condiciones de trabajo y vida de las clases trabajadoras. Situación difícil, con unos gobiernos que han contribuido a ello con sus prácticas y sus leyes "impermeables a toda influencia espiritual", en la que el papel de los agentes sociales e instituciones públicas queda prácticamente anulado, bien por inoperante, bien por el empleo de estrategias y/o defensas desfasadas.
"No corresponde a la Iglesia dictar leyes que aseguren la equidad social, - nos dice H.M.Robinson, en boca de su protagonista - sino preparar hombres públicos que las promulguen, o sea, hombres de conciencia cristiana y propósitos moralizadores, según los cuales todo ser humano tiene derecho a la vida digna, moral y segura a que Dios le ha destinado... un sacerdote no es un sociólogo, ni un político, ni un organizador del trabajo, sino un mediador entre Dios y el hombre. Por eso debe concretarse, simplemente, a su labor, aun cuando León XIII(Rerum Novarum) haya demostrado que la Iglesia no es indiferente a los males económicos...sólo un sacerdote sabrá recordar a los hombres que Dios existió, existe y existirá siempre, a despecho del infierno de las borrascas ..."(pág. 649).
Cuando leía estas cuestiones, como me suele ocurrir siempre, pensé en la situación de España, especialmente la de Cataluña,en estos últimos veinte o veinticinco años. También aquí, creo, la transformación, los cambios sobrevenidos en el ámbito político, económico, social y espiritual han sido brutales. De manera similar a lo contado en la novela, la moral del hombre de negocios y la teoría económica del laissez faire, que es en realidad la que subyace en nuestro actual modelo económico-social , está en pugna con la ley natural. Lo cual considero es el origen y causa de todo el mal que nos aqueja. Es decir, la imparable avaricia de unos contados individuos sin fe cierta, ni prejuicio moral alguno, corruptos y corruptores... "los más fuertes y éstos son los más implacables y los que menos oídos prestarán a los dictados de la conciencia".
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