Hoy hablaré de los “catalanes de tercera”, los cuales, pienso, están bien representados por los vecinos del Carmelo. Muchos de ellos han nacido o han vivido y trabajado buena parte de su vida en Cataluña; pero sus raíces u orígenes son de otras partes de España. Su lengua materna es, mayoritariamente, el castellano. Entre ellos abundan los García(los que más, según listín telefónico), los Sánchez, López, Romero, Fernández, Muñoz, etc. ¡Qué tantos hay en Cataluña!
De las cuatro provincias catalanas, la industriosa Barcelona fue la que mayor número de ellos atrajo, tanto a la gran urbe, como al conjunto de poblaciones que la circundan; destacando L'Hospitalet, Cornellá, Ripollet, Cerdanyola, Badalona, Santa Coloma de Gramanet, etc., por mencionar unas cuantas. Un poco más allá, en la zona del Vallés, Sabadell y Tarrasa con su otrora típica industria del textil y centenares de mujeres manejando sus telares.Muchos pertenecen a la clase trabajadora, - electricistas, ebanistas, soldadores, empleados de industrias o comercios, etc. – y, como tales, dependen de un sueldo. Los más mayores, en muchas ocasiones, no saben catalán; ni lo hablan, ni lo entienden y menos aun pueden leerlo. Están, pues, desprotegidos por parte de la administración pública, tanto autonómica como local (ayuntamientos) que emplean, en sus escritos, exclusivamente, la lengua catalana . (Publicaciones e informaciones, los impresos para ayudas y trámites legales, atención al público, bandos y comunicaciones sobre temas de interés general y seguridad, etc., etc.). Sugiero ver la página web de estos organismos , o la de muchos de los municipios catalanes.
En resumen, la España de las Autonomías que vino con la democracia, la que en teoría era para una administración pública más cercana , eficaz y, consecuentemente, mejorar la distribución de recursos y servicios al ciudadano común, en el caso catalán, no ha sido así . Lo del Carmelo es el mejor ejemplo de la existencia de ciudadanos de tercera clase ante la administración pública . No fueron escuchados cuando explicaron que habían surgido grietas. Los ignoraron . Tras el agujero , y la obligada demolición de las viviendas de unos cien, junto al desalojo de las de otros mil más, las llamadas autoridades tardaron en presentarse por allí no sé cuántos días. Cuando lo hicieron, fueron sin explicaciones convincentes, ni asunción de responsabilidades con la pertinentes dimisiones. Tampoco llevaron soluciones.Sólo pusieron en marcha la máquina del poder para aislar al colectivo afectado y evitar informar, objetivamente, a la opinión pública la verdad de lo ocurrido.
De las cuatro provincias catalanas, la industriosa Barcelona fue la que mayor número de ellos atrajo, tanto a la gran urbe, como al conjunto de poblaciones que la circundan; destacando L'Hospitalet, Cornellá, Ripollet, Cerdanyola, Badalona, Santa Coloma de Gramanet, etc., por mencionar unas cuantas. Un poco más allá, en la zona del Vallés, Sabadell y Tarrasa con su otrora típica industria del textil y centenares de mujeres manejando sus telares.Muchos pertenecen a la clase trabajadora, - electricistas, ebanistas, soldadores, empleados de industrias o comercios, etc. – y, como tales, dependen de un sueldo. Los más mayores, en muchas ocasiones, no saben catalán; ni lo hablan, ni lo entienden y menos aun pueden leerlo. Están, pues, desprotegidos por parte de la administración pública, tanto autonómica como local (ayuntamientos) que emplean, en sus escritos, exclusivamente, la lengua catalana . (Publicaciones e informaciones, los impresos para ayudas y trámites legales, atención al público, bandos y comunicaciones sobre temas de interés general y seguridad, etc., etc.). Sugiero ver la página web de estos organismos , o la de muchos de los municipios catalanes.
En resumen, la España de las Autonomías que vino con la democracia, la que en teoría era para una administración pública más cercana , eficaz y, consecuentemente, mejorar la distribución de recursos y servicios al ciudadano común, en el caso catalán, no ha sido así . Lo del Carmelo es el mejor ejemplo de la existencia de ciudadanos de tercera clase ante la administración pública . No fueron escuchados cuando explicaron que habían surgido grietas. Los ignoraron . Tras el agujero , y la obligada demolición de las viviendas de unos cien, junto al desalojo de las de otros mil más, las llamadas autoridades tardaron en presentarse por allí no sé cuántos días. Cuando lo hicieron, fueron sin explicaciones convincentes, ni asunción de responsabilidades con la pertinentes dimisiones. Tampoco llevaron soluciones.Sólo pusieron en marcha la máquina del poder para aislar al colectivo afectado y evitar informar, objetivamente, a la opinión pública la verdad de lo ocurrido.
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